Sin duda con poemas como éste se sentirán identificados millones de españoles.
España siempre ha sido un país de ilusiones,de orgullo,de honra,de vivir en otra realidad.
Ni antes éramos tan ricos, ni ahora somos tan pobres,el problema es que somos un país sin perspectiva de futuro,en el cuál se vive sin límites y con un estilo de vida fugaz.
Esto, lo podemos hallar tanto en el siglo XVI ,cuando el oro se destinaba simplemente en sufragar gastos, en vez de generar riquezas mediante la promoción de fábricas y manufacturas,y lo podemos hallar en la última época,cuando se jugaba con un dinero que no era real,basado en deudas, con el que se especulaba deliberadamente.
Como el motivo de este blog no es un análisis idiosincrático de los españoles,sino la difusión de la cultura,nos centraremos en nuestro objetivo con el fin de erradicar la estulticia reinante.
Les dejo con el emperador de la sátira, don Francisco de Quevedo y Villegas,que en no muy postrero día dedicaremos más y más líneas versadas.
Un saludo y a disfrutar con la realidad convertida en poesía.
Miré los muros de la patria mía
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo; vi que el sol bebía
los arroyos del yelo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa; vi que, amancillada,
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
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